Desde que entre a la Universidad tomo el mismo camino para llegar al transporte público que me lleva a mi escuela, el mismo camino he tomado desde que empecé mi carrera hasta el día de hoy. Son dos cuadras interminables por el típico miedo a que me asalten, con lo cañón que está la delincuencia en la ciudad pero en fin no es solo eso, mi tormento sigue en la siguiente cuadra. En esa segunda cuadra siempre está un hombre de estatura media, tez morena, de cejas pobladas y canosas al igual que su cabello, siempre lo veo de pantalón café junto con un trapo rojo al hombro es un hombre mayor. No se su nombre y no me interesa saberlo. Pero como todas las mañanas siempre escucho su voz al pasar con un comentario nuevo, un comentario degradante y asqueroso. Las veces que le he contestado a esos comentarios, solo escucho algo peor.
El acoso callejero en mujeres es una historia por la que todas pasamos pero hoy en día podemos escuchar este tipo de respuestas ante esta problemática: "Es por como te maquillas", "el color de tu labial provoca a los hombres" "tu ropa no es la adecuada", "eres muy coqueta" y podría seguir y seguir y no acabaría jamás. No excluyo que esto también pasa en hombres, no soy ese tipo de "feminazi" pero seamos sinceros esto ocurre más en mujeres.
Hoy regrese por la misma ruta de las mañanas, cosa extraña ya que al salir de la universidad regreso por una ruta diferente. Estaba cansada ya, moría por llegar a mi casa y descansar. Sin embargo, no había desayunado y tenía hambre, pase a comprar un hot-dog de los que venden enfrente de mi parada. Me dirigía al segundo transporte para llegar a mi casa, comía mientras caminaba, mi aspecto era el que cualquier universitaria tiene al regreso a su casa; sudada y con la cara de cansancio sin labial o algún cosmético sobre mi. Pasé enfrente del antes descrito que estaba con otra persona cuando escuché:
"Te limpiamos la boquita, mi amor"
No sabía que me daba más asco, si el "limpiamos" o que es un ejemplo más con el que acabamos con esos mitos de que por como vas vestida serán los comentarios que recibas, al principio no sabía si reírme o que digo mi aspecto en serio era horrible. Mi cara con gotas de sudor, ni un poco de rubor o polvo, sin labial y manchada de catsup en la boca y hasta eso, mi delineado en los ojos , casi había desaparecido por mi mismo sudor, mi cabello alborotado y mal peinado. Y no, no se fijaron en mi por mi ropa, antes de que saquen esa conclusión vestía una blusa blanca con chaleco de mezclilla al igual que mi pantalón con mis tenis negros. La verdad, no me sentía precisamente como para recibir o que se fijaran en mi pero, ¿qué más da? en la actualidad no importa, solo son esos bajos comentarios que me hicieron pensar que no importa cómo, eres mujer y hay hombres, no todos, que se expresan de tal manera y que fijaran en ti sea como sea y que sea como sea te darán miedo. La verdad me puse a pensar en como mi aspecto mal sucio y aún más batida de captsup no fue impedimento para nada, ¿o qué también es atrayente la salsa de tomate?.
Esto me paso hoy, en mi ciudad en otro día común de regreso a casa. A mi mamá le conté esto como de por sí sabe lo que pasa con el antes descrito, le di un motivo más para que de por sí y como las mayorías de mañanas me acompañe hasta el centro y cuando no, paso y ahí esta él, no soy la única al que el descrito acosa me he fijado en como mira a muchas más pero... ¿que hacer? el acoso callejero es algo constante, que sucede varias veces en el día y que algunos hombres hacen, de ser penado seria un motivo más para que las cárceles estén al tope de llenas...
Lo cuento aquí, por qué es mi blog, por qué en esta ocasión quería que la entrada diaria que hago aquí valiera aún más.
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